Muy sabrosa y muy liviana, sólo verduras.
Poner a sancochar un atado de espinacas lavadas y con la cacerola seca. Ni bien se aplasten las hojas, retirar del fuego.
Picar no muy chico cinco o seis cebollas y un lindo pedazo de morrón colorado.
Dos o tres dientes de ajo picaditos.
Echar las cebollas, el morrón y el ajo en una cacerola con una cucharada de manteca y una de aceite. Tiernizar hasta que se ablande un poco. Salpimentar.
Cortar no muy pequeño las hojas de espinaca, no es necesario exprimirlas, su jugo viene muy bien. Agregar tres cucharadas colmadas de queso reggianito rallado, una cucharada colmada de avena arrollada (tipo Quaker), tres huevos, sal, pimienta. La avena arrollada tiene excelentes propiedades y menos calorías, pero si no se desea usarla, se reemplaza por harina o maicena.
Mezclar todo muy bien.
Forrar con una tapa de masa pascualina una tartera.
Colocar y distribuir el colchón de cebollas con morrón.
Agregarle la capa de la mezcla de espinacas, extendiendo sobre el colchón de cebollas.
Tapar con el otro disco de masa, pintar con huevo batido y espolvorear con pimentón dulce. Hornear bien caliente durante media hora, o hasta que se dore la masa.
Caliente o fría, es riquísima por igual.
¡Buen provecho!