Con muy poco trabajo, un queso untable al gusto personal, con menos calorías.
Colocar en el fuego un litro de leche descremada y cuando va a romper en hervor, agregarle el jugo de medio limón o un chorrito de vinagre blanco. Revolver y esperar a que se corte. Colocar un paño limpio sobre un colador y volcar adentro la ricotta obtenida. Dejar que escurra bien el suero.
Luego apretar un poquito para quitarle un poco más de suero.
Echar en un recipiente y agregarle el sabor que nos guste. Aquí se usó el de roquefort. Con sabor a panceta. a ajo, o hierbas, es espectacular.
Mixar o triturar en una procesadora hasta que quede cremoso y suave.
Guardar en heladera hasta que se enfríe bien.
Eso es todo. Y es adictivo.
¡Buen Provecho!
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