Paquetitos sabrosos de pollo

 Casi sin ensuciar vajilla, fácil de hacer y deliciosos.

Aplanar dos pechugas para que se empareje un poco su grosor.

En un trozo generoso de papel de cocina, acomodar rodajas finitas de papa cruda, con una cucharadita de aceite.

Colocar encima un aro de morrón colorado crudo.

Cortar en cuatro pedazos las pechugas y colocar un trozo sobre los ingredientes. Rinde cuatro porciones. Salpimentar.

Aparte, saltear un poco dos o tres cebollas con una zanahoria rallada.

Dividir el salteado en cuatro partes y colocarlos sobre el montoncito con el pollo.

Agregarle un trocito de manteca.

Cubrir con dos fetas de queso, o con un puñado de queso rallado en hebras, es a gusto.

Colocar unos aritos de aceituna encima.

Como quien envuelve un regalo, envolver bien el paquetito y retorcer las puntas para cerrarlas, como si fuera un caramelo gigante.

He aquí las cuatro porciones.

Colocar una rejilla como esta en el fondo de la olla tipo essen y acomodar los paquetitos sobre ella.

Quedan cómodamente separados del fondo de la olla. Tapar y cocinar a fuego fuerte durante 15 minutos y luego a fuego bajo durante 30 minutos más, sin destapar en ningún momento. Se puede hacer en el horno, por supuesto, en una asadera común.

Jugoso, vistoso, con la dosis justa del sabor de cada uno de sus ingredientes. Riquísimo.

¡Buen provecho!

Galletas muy livianas de manzana

Tan fáciles y rápidas como deliciosas.

Cortar en rodajas finitas dos o tres manzanas. Quitarles el centro.

Sobre un papel de cocinar, en la asadera, colocar una cucharada de miel, se recomienda la verdadera miel pura de abeja.

Colocar dos rodajas de manzana sobre cada porción de miel.

Espolvorear, si se desea, con un poquito de canela, no es imprescindible. Se colocan, en cada hueco, una nuez en trozos.

Cubrir con una tapa de las de hojaldre, de empanadas, y pegarle bien los bordes al papel, con los dedos. Pintar con huevo batido y espolvorear con un poquito de azúcar. Hornear caliente durante quince minutos.

Más sencillas, fáciles y rápidas no pueden ser, que además sean vistosas, livianas y con el dulzor justo para deleitarse.

¡Buen provecho!

Postre invertido y húmedo de manzana

Tan agradable como se puede esperar de la primavera que quiere comenzar.

Volcar una taza y media tipo desayuno de azúcar, en un recipiente que irá sobre el fuego fuerte.

Mover continua y pacientemente con cuchara de madera para que se vaya convirtiendo en caramelo.

Queda de un precioso color homogéneo.

Apagar el fuego y echar 100 centímetros cúbicos de agua fría. Revolver muy bien, con cuidado.

Volcar en el molde en donde irá el postre y cubrir un poco sus paredes, con la espátula.

Acomodar gajitos finos de manzanas, con la cáscara para abajo, quedan paraditos en la medida de que el caramelo se va enfriando. Llevó tres manzanas. Reservar.

A tres huevos, agregarle 300 gramos de azúcar.

Batir muy bien con una batidora o licuar, es a elección.

Agregarle 270 gramos de buen aceite y una cucharadita de esencia de vainilla. Volver abatir bien o licuar.

Tamizar 300 gramos de harina leudante, mezclar muy bien.

El toque mágico: medio vaso de licor de café (o lo que nos guste, caña, brandy, oporto, mistela...) Mezclar muy bien, queda una pasta liviana pero no chirle.

Volcarla lentamente sobre las manzanas atrapadas en el caramelo, asegurándonos de que la pasta entre en todos los intersticios. No hagan lo que hice, que el molde me quedó chico, que el de ustedes sea un poco más grande, que les quede al menos tres centímetros de borde libre.

Luego de hornear durante 45 minutos en horno precalentado, los primeros 4 o 5 minutos al máximo, bajando a moderado el resto del tiempo.

Retirar del horno y esperar unos 5 minutos y luego volcar sobre una fuente sin desmoldar, hay que esperar 15 minutos a que se desmolde solo.

Queda hecho una pinturita. Tan rico calentito recién hecho como frío, al otro día.

Servir, si se lo desea, con crema chantilly hecha con un buen batido de 300 gramos de crema de leche, unas gotas de esencia de vainilla y sólo tres cucharadas de azúcar, queda deliciosa sin empalagar.

¡Buen provecho!

Tortilla dulce de manzanas

 Rapidísimo y delicioso, tan fácil de hacer que entusiasma.

Enmantecar bien una sartén grande, espolvorear con azúcar, colocar encima rodajas finas de dos manzanas. Volver a espolvorear con azúcar y un poco de canela.

Distribuir un par de puñados de fruta abrillantada en trocitos, queda espectacular. Si no se tiene, sirven nueces o pasas. O nada, que es rico igual.

En un bol, agregar dos huevos, cuatro cucharadas de azúcar y un chorrito de esencia de vainilla.

Incorporar tres cucharadas medio colmadas de harina leudante.

Mezclar bien, queda todo hecho una pasta liviana.

Distribuir lo más parejo posible sobre las manzanas en la sartén.

Llevar a fuego bajo y tapado, durante 15 minutos.

Dejar descansar cinco minutos y volcar dando vuelta en caliente sobre la fuente, igual que a una tortilla.

Es tan liviano y tentador que lo único que se enfría es la fuente.

¡Buen provecho!

Postre de chocolate de la abuela Esther

 Algo sencillo que nunca falla, cuando viene toda la familia a almorzar el domingo.

Preparar un café fuerte y agregarle un buen chorro de licor de café, o mistela, o brandy, u oporto, es a gusto. Mojar muy bien las vainillas e ir acomodándolas en un molde rectangular de aproximadamente 40 cm x 25 cm, que sea un poco alto. El postre lleva un total de aproximadamente 400 gramos de vainillas.

Empapar bien las vainillas y distribuir un poco de nueces trozadas y chispas de chocolate. El postre lleva, en total, 50 gramos de chispas y 50 gramos de nueces.

Hay dos maneras de hacer la crema, y ambas son deliciosas:
1) A lo moderno: Echar en una cacerola un sobre de postre Royal de chocolate, agregarle una buena cucharada de maicena, una de azúcar y una cucharadita de café instantáneo. Mezclar agregando en trozos, media tableta de chocolate semiamargo para taza.
2) A lo antiguo: Echar en una cacerola tres cucharadas bien colmadas de maicena, tres cucharadas bien llenas de cacao amargo, cuatro cucharadas bien llenas de azúcar, unas gotas de vainilla, una cucharadita de café instantáneo y trozos de media tableta de chocolate semiamargo para taza.

Mezclar muy bien con un litro de leche. Total del postre, dos litros de leche.

Llevar a fuego mediano y revolver con cuchara de madera, sin dejar de hacerlo, hasta que rompa en hervor y se cocine un minuto.

Queda bien espeso y oscuro.

Volcar cubriendo uniformemente las vainillas. Dejar enfriar un poco, para que solidifique la capa de crema.

Colocar la segunda y última capa de vainillas empapadas en café con licor.

Volver a distribuir nueces trozadas y chispas de chocolate.

Preparar la segunda y última mezcla de crema de la misma manera que la primera.

Hervir durante un minuto, no nos vayamos de ahí, no se puede dejar de revolver, vale la pena la paciencia.

Volcar cuidadosamente sobre la capa de vainillas.

Sólo para viciosos: distribuir lo último de chispas de chocolate. Si no hay, no importa.

Cuando se enfría bastante, espolvorear con cacao.

Después espolvorear encima con azúcar impalpable y llevar a la heladera.

Así es como se ve cuando se enfrió bien. Queda genial si se prepara a la noche para el mediodía siguiente.

¿Verdad que es sencillo y espectacular?

¡Buen Provecho!