Nacido en Palestina y extendido a los países vecinos, el kadayif es un hilo de masa que se usa para hacer delicadísimos y deliciosos postres como este.
Tamizar juntas 240 gramos (dos tazas) de harina común con 110 gramos (una taza) de fécula de maíz y una pizca de sal.
Agregar dos tazas (400 ml) de agua fría. Mezclar bien.
Incorporar cuatro cucharadas de aceite, volver a mezclar.
Batir con máquina 1 o dos minutos para terminar de homogeneizar.
Echarlo dentro de una botellita limpia.
Agujerear con una aguja la tapa. Hay dos opciones, una es para impacientes, con varios agujeritos. La otra es para exquisitos, con uno solo.
La tapa de muchos agujeros hace hilos más gruesos.
Yo he preferido la de uno solo, es más trabajo pero el resultado es mucho más acertado.
Sobre una sartén antiadherente y limpia, bien caliente y con fuego moderado, hacer las líneas separadas, en un minuto o dos como máximo, ya se empiezan a despegar, ayudar con un palito de brochette de madera para quitarlo.
Ir colocando los kadayif sobre un repasador, para que no se sequen.
Déjenme mostrarles de nuevo, estoy orgullosa de lo finitos y lindos que son.
Separar un poco y acomodar como un nido medio rectangular en la mesa. Acomodarle una hilera de nueces rotas con las manos, como indica la receta tradicional, nosotros nos pusimos golosos y agregamos pasas.
Enrollar y cerrar las puntas, dando forma con las manos y comprimiendo un poco, para que quede armado.
En una fuente tipo Pirex enmantecada, acomodar el kadayif, y seguir armando los demás.
Derretir 60 gramos de manteca y mezclar con media taza de aceite. Mojar con ello las superficies de cada kadayif enrollado y el resto volcarlo sobre todos, asegurándonos de que se distribuya parejo.
Hornear caliente hasta que se dore, más o menos entre 25 minutos a 30.
Mientras tanto, a dos tazas de azúcar (350 grs), agregarle medio litro de agua.
Hervir para hacer almíbar y cuando rompe en hervor, agregar una cucharadita de limón. Dejar hervir diez minutos.
Una vez retirada la fuente, dejar un minuto y bañar muy bien los kadayif con la totalidad del almíbar. Cortarlos por la mitad, cada uno son dos porciones.
Crocante por fuera, tierno por dentro, es absolutamente delicado y delicioso.
¡Buen provecho!