Una opción para no comer carne, y sí recibir los beneficios de estos ingredientes, en forma sabrosa y sanísima.
Remojar 400 gramos de lentejas secas, durante la noche. Hervirlas en esa agua, sin sal, hasta que estén bien tiernas. Escurrir y reservar.
Cortar en trozos una cebolla, una zanahoria, dos dientes de ajo y medio morrón bien grandes.
Saltearlos en muy poquito aceite y tapados, hasta que estén medio tiernos. Condimentar con un poco de sal, pimienta y orégano a gusto.
Cuando entibia un poco esta preparación, pasarla completa por la trituradora. Reservar.
Pisar con tenedor o prensapapas las lentejas, para deshacerlas un poco.
¡O con la mano del mortero! Es genial, de poco esfuerzo y muy rápido.
Echarle la preparación reservada de verduras bien trituradas.
Mezclar bien y agregarle un huevo. Volver a mezclar. Rectificar la sal, si es necesario también la pimienta.
Agregarle avena, se puede usar en polvo, yo usé la arrollada, me encanta. No lleva demasiado, más o menos cien gramos, queda una pasta medio consistente pero húmeda.
Dejar descansar media hora al menos para que la avena absorba la humedad.
Armar una albóndiga grande, ponerle adentro un pedacito de queso cremoso, muzzarella, Holanda, pategrás, el que guste o tengas, y aplanar la albóndiga dejándolo dentro de la hamburguesa, como relleno.
En una sartén apenas pincelada con aceite por única vez, acomodar las hamburguesas. Tapar y dejar cocinar 5 minutos.
Dar vuelta y cocinar, tapado, cinco minutos más.
Se pueden guardar en el freezer, siempre listas. Para servir, un toque de horno o de microondas las dejará calentitas y aromáticas.
O se pueden servir de inmediato, con ensalada y lo que nos guste, para acompañar. Deliciosas.
¡Buen provecho!
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