En escabeche, con una cervecita bien fría en estas tardes de verano...
Cortar en rodajas dos berenjenas bien grandes o un poco más de un kilo. Espolvorearlas, cada una, con sal parrillera, sin excederse.
Colocarlas en un colador sobre una fuente, para que recoja el líquido amargo, dejándolas así unas tres horas.
Poner a hervir tres vasos de vinagre de alcohol y tres vasos de agua.
Secar con papel las berenjenas para quitarles un poco la sal.
Hervirlas de a poca cantidad por vez, durante un minuto o hasta que el centro de tiernice, pero quedando firmes en el resto. Ir colocándolas nuevamente en el colador para que se escurran bien.
Acomodar en un frasco grande de vidrio o en un recipiente con tapa, alternando cada capa con cuatro ajos cortados en láminas, pimienta negra en grano, orégano y laurel.
Por último, cubrirlas de aceite. Se puede usar de girasol o de oliva o, como en este caso, mitad y mitad. Tapar y guardar en heladera durante varios días. Nuestra tentación nos venció al tercer día...
¡Buen provecho!
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