En cuatro sencillísimos pasos, un plato comodín para acompañar comidas, para picar ¡o... para hacerse un rico sandwich!
Cortar en rodajas dos kilos de berenjenas. Espolvorearlas con un poquito de sal gruesa cada rodaja. Dejar que largue líquido durante dos horas. Hervir diez minutos en poca agua. Dejar enfriar mientras se escurren en un colador.
Mientras, picar bien picadito: perejil, albahaca fresca, ajo y comino. Yo usé mi vieja trituradora.
Una vez hervidas y escurridas las berenjenas, en un recipiente rociar con un poco de aceite de oliva y un chorro de vinagre blanco. Espolvorear con el triturado de condimentos. Acomodar una capa de berenjenas y repetir la acción con cada capa que se agregue. Guardar en heladera, tapado, durante 48 horas. ¡No comer antes de ese tiempo!
¡Buen provecho!
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