Muffins ingleses sin horno

 Una delicia para el desayuno, la merienda o el bocadillo que tengamos antojo de preparar en la cena. O solos.

Primero debemos asegurarnos de que la levadura funcione. En media taza de leche tibia (40º, más o menos) echar una cucharadita de azúcar y 25 gramos de levadura.

Mezclar bien y tapar, dejándolo trabajar 15 minutos.

Vaya, funciona.

Echar esa preparación en un bol.

Cernir sobre ella 300 gramos de harina común y una cucharadita de sal.

Amasar para unir y dejar descansar tapado durante 20 minutos, para que los ingredientes se integren bien. A veces puede necesitar un pequeño chorrito de leche de refuerzo, si la masa queda muy seca.

Volcar sobre la mesa limpia y agregar 25 gramos de manteca mezclando bien, amasando hasta que la mesa vuelta a estar limpia de nuevo.

Ya hecho un bonito bollo suave, cuanto más amasamos, más suave queda, con diez minutos basta.

Pincelar apenas con aceite un bol.

Colocar la masa dentro y tapar, para dejar duplicar su volumen en un sitio templado de la casa. En una hora ya estaría listo.

Aplastar sobre la mesa para deshinchar un poco.

Con la mesa apenas espolvoreada con harina, amasar un poco y luego aplanar con las manos y el palote, hasta que quede aproximadamente de 1 1/5 cm de espesor.

Cortar de aproximadamente 8 o 10 cm de diámetro. La masa que queda debe amasarse de nuevo y dejar descansar unos minutos para que se relaje.

Ir acomodando los discos en una tabla de madera espolvoreada con harina de maíz. Luego espolvorear por encima también.

Tapar con un plástico y un repasador, dejar descansar media hora o 40 minutos.

En una olla o sartén tipo essen limpia, calentada bien durante 10 minutos, colocar los muffins y tapar. Pasados 6 u 8 minutos, dar vuelta y volver a tapar, esperando 6 u 8 minutos más.

Quedan absolutamente esponjosos.

Y absolutamente cocidos.
Si se guarda en una bolsita en la heladera, ocho o diez segundos de microondas antes de comer lo convierten en una delicia renovada.
Con jamón crudo, con queso, con mermeladas, con manteca o solos, el gusto es tuyo. Te avisamos que es un pan adictivo.

¡Buen provecho!