Una torta fácil, rápida, esponjosa, liviana y suave, no muy dulce, para la tarde de otoño ventoso.
Habiendo encendido el horno (costumbre repostera argentina, en donde la mayoría tenemos horno a gas), triturar dos zanahorias crudas medianas con un huevo, para aglutinar.
Volcar en un bol, agregarle 250 gramos de azúcar, otro huevo, la ralladura de una cáscara entera de naranja y mezclar muy bien.
Agregarle 125 cm3 de aceite de girasol. Mezclar bien.
Agregar 250 gramos de harina leudante (o harina repostera, harina con royal) y una cucharada bien llenita de semillas de ghia. Mezclar hasta que quede una pasta suave.
Volcar en un molde fantasía bonito, previamente enmantecado y enharinado. Hornear en calor mediano durante 40 minutos.
Espolvorear con azúcar impalpable.
¡Buen provecho!
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