Rápida, aromática y sabrosa, para una fresca tarde con ganas de mimarnos.
Cortar en gajos bien finitos dos o tres manzanas con su cáscara y rociar con limón.
Remojar pasas de uva sin semilla en la bebida dulce que nos guste, mistela, oporto, cognac, caña.
Forrar con una tapa de pascualina una tartera enmantecada y enharinada, y luego pincelar el fondo con mermelada, preferentemente ácida, ciruela, naranja, pomelo.
Desmenuzar vainillas hasta crear una capa de más o menos 1 centímetro o 1,5 de espesor.
Colocar una capa generosa de las manzanas recortadas.
Escurrir ligeramente las pasas remojadas en vino, distribuirlas sobre las manzanas, espolvorear con azúcar y canela a gusto.
Mezclar dos cucharadas de harina con tres de azúcar y 50 gramos de manteca (mantequilla), desmenuzarlo todo a mano.
Echar un huevo batido para amalgamar y seguir mezclando, haciendo una arenilla.
Agregarle 150 gramos de maní picado y mezclar bien.
Distribuir esa arena sobre el relleno de la tarta, a modo de tapa, presionando ligeramente. Espolvorear con un poquito de azúcar.
Hornear en horno medio, previamente bien calentado, durante media hora o 45 minutos, hasta que la superficie de la tarta se vea crocante y dorada. Queda tan liviana que se desgrana, ¡deliciosa!
¡Buen provecho!
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